Básicamente, lo podríamos definir como la dirección de un sitio web. Es en esencia como una dirección física. Podría semejarse a un código postal para proporcionar direcciones, o a un satélite que requiere una dirección; de la misma forma un navegador web precisa de un nombre de dominio web para conducirte a un lugar web.
Son dos elementos básicos que se requieren para crear un dominio de internet. Son ellos el nombre del sitio web más la extensión del dominio web. Un ejemplo muy ilustrativo de esto sería Facebook.com, donde el nombre de la web sería Facebook y la extensión (.com). Si una organización o una persona particular adquiere un dominio web, puede indicar a qué servidor se refiere el nombre del dominio.
La administración de estos nombres de dominio web está bajo la supervisión de una organización denominada Corporación de Internet para Nombres y Números Asignados (ICANN siglas en inglés), la cual determina las extensiones de dominios a disposición, y conserva un banco de datos centralizado desde donde se proyectan los dominios web.
Vale destacar que todos los sitios web que visita un usuario contienen dos componentes básicos: un servidor web y un dominio web.
Por su parte, el servidor web es un aparato físico donde se alojan los registros y los bancos de datos que configuran tu sitio web, y los remite a los navegantes mediante internet, cuando ingresan a tu sitio web desde su PC.
De forma práctica tenemos que el dominio web o de internet es lo que los usuarios tipean para ingresar a un sitio web, y señalan el navegador web hacia el servidor que aloja dichos recursos. Si no existiera el dominio web, los internautas tendrían que memorizar la dirección IP determinada de tu servidor, pero afortunadamente eso no será necesario.
Funcionamiento de los dominios
Operan procediendo para acortar el camino para llegar al servidor que alberga tu web.
Un usuario que desee ingresar a tu espacio web, si no cuenta con un dominio, deberá escribir totalmente la dirección IP. La principal dificultad que se presenta con esto es que una dirección IP no es fácil de recordar o incorporar en los recursos publicitarios, por lo que resulta inconveniente.
Otros de los problemas que se presenta es que manipular los valores establecidos del servidor y direcciones IP, puede resultar difuso y retardado. Es por ello que buena parte de los propietarios de sitio web deciden usar servicios que ofrezcan dominios integrados en paquetes de hospedajes web por año.
Adicionalmente, los dominios pueden aplicar redireccionamientos, lo que básicamente posibilita establecer que, si los usuarios ingresan a tu dominio web, son redireccionados de manera automática a otra página web.
Esto es de gran utilidad en caso de campañas de marketing donde el factor sorpresa también tiene una participación activa; para micrositios, o para referir personas a páginas específicas en tu web principal. Igualmente, pueden resultar de utilidad para impedir que se confundan en el deletreo. Un ejemplo ilustrativo de esto es si ingresas a www.fb.com, serás redirigido a www.facebook.com.
El mantenimiento de una Página Web es una parte quizá con más importancia que su diseño o la propia creación de la misma ya que son muchas las cosas que cambian en este mundo cada día.