Pequeñas estrategias de marketing con grandes resultados.
Siempre han existido personas con determinados talentos en áreas específicas; unos, llamados talentos adquiridos, son aquellos que con la práctica, empeño y disciplina se desarrollan y pasan a formar parte de una labor cotidiana, y otros, que vemos de manera prácticamente inherentes a la persona, la cual los utiliza con gran destreza y naturalidad. La combinación de esas cualidades es la fórmula perfecta para el desarrollo de un profesional, es decir, un talento natural desarrollado mediante la práctica y el estudio de pequeñas estrategias de marketing.
Las personas que desarrollan actividades innovadoras con resultados exitosos como en las pequeñas estrategias de marketing, normalmente son motivo de estudio para estandarizar métodos y replicar acciones. Digamos que emulamos a los pioneros que, después de resultados positivos demostrados en determinada área, se convierten en una autoridad en su campo.
Recuerdo de niño un barrio de mi ciudad dedicado exclusivamente a las ventas de víveres al por menor, una especie de mercado improvisado con almacenes a cada lado de la calle donde se encontraba todo lo necesario para el consumo en el hogar. Dentro de tantos negocios establecidos en la zona, dedicados a vender los mismos productos, llamaba poderosamente mi atención uno en particular, en el cual la gente se turnaba para entrar.
Los otros locales con pocos clientes y ese repleto de compradores bulliciosos que codo con codo luchaban por un sitio para acceder a abastecerse.
Siempre pensé que era un tema de precios más bajos que la competencia, la verdad es que a esa edad poco le interesa a uno el motivo exacto de aquel éxito comercial del propietario. A mí me gustaba que me llevaran, porque a los niños nos regalaban un álbum que luego había que llenar con unos sellos adhesivos que obsequiaban con cada compra.
Con el tiempo, -por razones ajenas al tema en cuestión- tuve la oportunidad de conversar en diversas ocasiones con el dueño de dicho comercio; un hombre ya entrado en años, pero poseedor de una sabiduría comercial envidiable, ya retirado de la actividad. “No se trata de precios –decía-. El cliente debe irse contento, debe ser bien atendido, encontrar todo impecable, a la vista y bien surtido e identificado. Debe tener acceso a información que le permita comprar a conveniencia, como las promociones de las compañías proveedoras. Llevábamos a domicilio las compras lo cual no era común en la zona y un día a la semana una categoría de artículos la dejábamos al costo para atraer clientela; ésta compraba lo que estaba dentro y fuera de la oferta en cuestión. Además, nos inventamos un álbum para los niños que fue muy bien recibido por la clientela, ya que los pequeños acompañaban a sus padres sin problemas y se comportaban correctamente en el establecimiento esperando como recompensa su sello para el libro”.
Muchas estrategias que estudiamos y usamos son pequeñas estrategias de marketing, lo hacemos porque han dado resultados satisfactorios comprobados, conocer esa pequeña cosa que puesta en las manos adecuadas nos devolverá enormes beneficios en cuanto a posicionamiento, presencia activa en el mercado y por supuesto clientes fieles. Una promoción, una actividad, un cupón de descuento, un obsequio, en fin, tantas cosas podemos usar en una estrategia de satisfacción inmediata, que solo debemos pensarla adecuadamente.
Yo caigo en una por lo menos una vez al mes, al llevar a mis pequeños a buscar una hamburguesa, que nunca se comen completa, solo para buscar un juguete que viene con ella dentro de una “cajita”.